viernes, 25 de septiembre de 2020

Orígenes de lucha por la Inclusión educativa

 Historia                                                             

El sistema educativo salvadoreño ha sido históricamente excluyente y limitador de las potencialidades humanas, persistiendo una cultura de desigualdad e inequidad en la cual todos los sujetos que presentan algún tipo de discapacidad sea física, cognitiva o social han sido vícti


mas de discriminación lo cual ha repercutido en el abandono de sus estudios; por lo tanto la educación en nuestro país requiere de un enfoque inclusivo que atienda a la diversidad de necesidades educativas, sin ninguna discriminación con énfasis en el acceso a los aprendizajes cognitivos, procedimentales y actitudinales que permitan al estudiante desarrollarse en una sociedad cambiante. 

Con la finalidad de erradicar esta problemática se incluye en el Plan social Educativo “Vamos a la Escuela” (PSE), el Programa de Educación Inclusiva el cual ofrece oportunidades equitativas de acceso, permanencia y aprendizaje efectivo en todos los niveles educativos, a estudiantes con necesidades individuales especiales, o en situación de riesgo social. (Ministerio de Educación, Adecuación del Índice de Inclusión al contexto educativo salvadoreño). 

La implementación del Programa de Educación Inclusiva tiene por objetivo contribuir a la transformación gradual y efectiva del sistema educativo en términos de políticas, cultura, prácticas pedagógicas e inversiones estratégicas que garanticen el cumplimiento del derecho a la educación para todas y todos. (Educación, Política de Educación Inclusiva, 2010). 

En El Salvador muchos niños y niñas aún no tienen acceso a la educación especialmente aquellos que presentan Necesidades Educativas Específicas, debido a los pocos espacios que se ofrecen para su atención y la dificultad para poder asistir a los Centros Educativos “especiales”. En nuestro país existe un porcentaje mínimo de Centros Educativos para la atención a la población con Necesidades Educativas Específicas, según la Jefatura de Educación Inclusiva del MINED se poseen a nivel nacional 30 Escuelas de Educación Especial, 37 Escuelas que dan Servicios Psicológicos para la población estudiantil, además de 639 Escuelas que tienen Aulas de Apoyo Educativo, 136 Salas de Nivelación, 5 Centros Escolares para Sordos, 1 Centro Educativo para Ciegos, 2805 Centros Educativos Integradores, 2 sedes de la Universidad de El Salvador con el Programa de Jóvenes Talentos, 1 sede de Bachillerato para Sordos a Distancia, 29 Círculos de Alfabetización para Sordos y 1 Circulo de Alfabetización para Ciegos. (Campos, et all , 2016, Análisis e implementación del Programa VAMOS)



La educación inclusiva plantea la incorporación de niñas y niños a la escuela para lograr la entrada oportuna, asistencia, aprendizaje, permanencia, transición y finalización exitosa de sus estudios.  (UNICEF, 20)

UNICEF considera la educación como la puerta de entrada al cumplimiento integral de los derechos de niña, niños y adolescentes. Es la herramienta más eficaz para moldear y cambiar positivamente la vida de una niña o niño; y es, asimismo, el mecanismo ideal para reducir ampliamente las brechas de desigualdad.

 Brechas para acceder a una educación de calidad, deserción principalmente por rezago académico, violencia, exclusión y limitada oferta educativa, asociados a una inversión insuficiente plantean un desafío pendiente. 

Según el Observatorio del Ministerio de Educación (MINED) en 2017, 44.61% de los centros escolares se encontraban en comunidades con presencia de pandillas; 38.11% estaban localizados en zonas donde se reportan robos y/o hurtos; 34.62% se ubican en zonas con circulación de drogas, un 27.62%, en áreas donde se identifica portación de armas blancas y de fuego, y 18.76% donde se realizan extorsiones. 

De acuerdo al Plan El Salvador Educado (PESE), en 2016 la deserción escolar asociada a la delincuencia afectaba a 7,339 niños y niñas en el área rural; y 8,172 en el área urbana. El Salvador fortaleció durante décadas su inversión en educación básica lo que permitió avances; sin embargo, ese enfoque no previó suficientes recursos y capacidades para el relevo generacional. Esto derivó en una calidad educativa con deficiencias y la exclusión de un número significativo de niñas, niños y adolescentes que, por hoy, no participan del sistema educativo o corren riesgo de abandonarlo.

La asignación de recursos al sector educativo ha sido históricamente baja, en la última década se mantuvo en un promedio del 3.14% del Producto Interno Bruto y del 16.61% en relación al gasto público. Cifras de la Oficina de Información y Respuesta del MINED indican que, en 2016, la cobertura neta educativa en niñas y niños de 0 a 3 años era de 1.9%, y de 4 a 6 años era de 56.5%. En el caso de educación básica y media, las coberturas netas educativas se ubican en 83.4% y 35.6%, respectivamente (OIR, MINED 2017). (UNICEF, 20)


Introducción



La educación es una de las herramientas que más influyen en el avance de las distintas sociedades, que proveen a sus ciudadanos de los conocimientos y de los valores necesarios para que podamos alcanzar mejores niveles de bienestar y de crecimiento tanto económico como personal, logrando así disminuir las desigualdades económicas y sociales y ampliando las oportunidades laborales de los jóvenes.

Por eso, si la educación y la formación son importantes para cualquier persona, imaginad lo importante que es  formar adecuadamente a los niños y jóvenes que tienen una discapacidad, sea del grado que sea, con todas las dificultades que tienen que superar en su día a día.

Por suerte, en nuestro país, los niños con discapacidad tienen oportunidad de formación, aunque todavía queda mucho camino por recorrer en el ámbito de la formación para integrar a estas personas en el ámbito laboral pese a los esfuerzos que se desarrollan desde asociaciones y empresas.

De hecho, en  muchos países africanos, el tener una discapacidad puede reducir entre el doble y el triple las opciones de que un niño o una niña de ser escolarizado, en comparación con el resto de los niños que no la tienen. En países como Nepal las cifras llegan a ser trágicas, ya que el 85% de los niños y niñas no escolarizados tienen alguna discapacidad. Y aún así, para muchos niños discapacitados de estos países que sí que consiguen entrar en el sistema educativo, la calidad y el tipo de formación recibida no son las adecuadas, ya que en muchas de estas escuelas, segregadas en muchos casos, se fomentan los tabúes, roles y miedos que existen en esas sociedades sobre la discapacidad.




Derecho a la educación más allá de la dimensión normativa

La inclusividad en educación no solo significa permitir que niñas, niños, jóvenes o adultos con alguna discapacidad asistan a las escuelas “regulares” sino que implica hablar de estrategias para mejorar la calidad de los aprendizajes para toda persona que participa del hecho pedagógico en un aula, independientemente se hable de educación formal o no formal.

 


Algunos de los logros obtenidos por el Programa de Educación Inclusiva 2018-2019:

  • Incorporación de 2.004 niños y niñas con sobre edad, en riesgo social y/o fuera del sistema educativo a través de la modalidad de educación acelerada de segundo a sexto grado en 2018 y 1,627 niñas y niños en 2019.
  • Atención pedagógica y psicopedagógica a estudiantes de educación acelerada.
  • Talleres de formación a 160 docentes de educación acelerada en 2018 y 116 en 2019.
  • Asistencia técnica in situ a 60 docentes que atienden educación acelerada en 2018 y 30 en 2019.
  • A través de la ampliación de estrategias, fortalecimiento y servicios de apoyo educativo se favoreció a 2,180 estudiantes con alguna condición de discapacidad o riesgo de ser excluido.
  • Se brindó cobertura a un aproximado de 1,000 estudiantes a nivel nacional a través de los 17 centros de orientación y recursos.
  • En la gestión se incrementó de 36.09 % en 2014, a 68.13 % en 2018 la atención educativa de estudiantes con alguna discapacidad.
  • Gracias al trabajo de 643 docentes de apoyo a la inclusión se brindó asistencia a este tipo de procesos a nivel nacional.
  • Se brindó asistencia técnica especializada para atender necesidades específicas de población estudiantil con discapacidad.
  • Firma de convenio de cooperación con el Ministerio de Educación de España, la Fundación ONCE para América Latina (FOAL) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la ciencia y la Cultura (OEI) para la creación, implementación y continuidad del centro de recursos para la atención de las necesidades educativas de la población estudiantil con discapacidad visual.
  • Desarrollo de estrategia de asistencia técnica entre pares, con docentes de apoyo a la inclusión, para dar respuesta a las necesidades identificadas con el tema del espectro autista desde los territorios beneficiando a 238 estudiantes.
  • Inicio de un proceso participativo de diálogo con 30 directores y directoras, 268 docentes y 1000 padres, madres y responsables de familia para el rediseño de los servicios y funcionamiento de las 30 escuelas de educación especial.

  • Inicio de proceso para la generación de competencias y capacidad para la gestión de inclusión educativa en el territorio, mediante la conformación de 14 Comités Departamentales de Apoyo a la Inclusión (CODAI). (Mendoza, 2020)

Las proyecciones del Programa de Educación Inclusiva 2019-2020:

  • Dinamizar los procesos de inclusión educativa de cada departamento del país.
  • · Desarrollo de formación especializada sobre Diseño Universal para el Aprendizaje
  • ·   Realizar la propuesta de transformación de la oferta educativa de las escuelas de educación especial.
  • ·   Construcción de protocolo de actuación para la transición de estudiantes con alguna discapacidad de las escuelas de educación especial a centros escolares regulares.

Teniendo claras las necesidades, el trabajo realizado, proyectos vigentes y metas a mediano y largo plazo; las instituciones inmersas en crear un ambiente inclusivo junto con el apoyo y disposición de los niños, niñas y adolescentes es un esfuerzo que ya comenzó, sigue avanzando y no se detendrá hasta conseguir su cometido. (Mendoza, 2020) CORIA El Salvador

 Referencias:

1. Centro Internacional de Conferencias Ginebra, 25 a 28 de noviembre de 2008. «LA EDUCACIÓN INCLUSIVA: EL CAMINO HACIA EL FUTURO». ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA (UNESCO). Recuperado de: http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/Policy_Dialogue/48th_ICE/General_Presentation-48CIE-4__Spanish_.pdf 2. MINED (2010) Política de educación inclusiva. El Salvador. Recuperado de: www.transparencia.gob.sv › documents › download

Publicado en EspañolEtiquetado como CODAICORIADerecho a la educaciónEducación inclusivaEl SalvadorIIN-OEANiños niñas y adolescentesONUPrograma de Educación InclusivaRomán Mendoza,


















Derecho a la educación más allá de la dimensión normativa


 Así, el derecho a la educación de              todo ciudadano es reconocido tanto en la Constitución de la República de El Salvador (Asamblea Legislativa de El Salvador (1983), como en la Ley General de Educación (Asamblea Legislativa de El Salvador, 1996). Ahora bien, para  garantizar dicho derecho y cumplir con los compromisos de la Educación para Todos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Ministerio de Educación  ha impulsado en las últimas décadas diferentes planes educativos, que                a continuación se describen:

1. 1995-2005. El Plan Decenal de Educación (Ministerio de Educación, 1995) surge gracias a la reforma educativa que se desarrolló en el país después del conflicto armado. Los ejes de ese plan fueron: cobertura, modernización institucional, mejoramiento de la calidad y formación de valores humanos, éticos y cívicos; los cuales fueron retomados en el año 2000, en los Desafíos de la Educación en el Nuevo Milenio (Ministerio de Educación, 2000).

2. 2004-2009. Plan Nacional de Educación 2021 (Ministerio de Educación, 2005), el cual planteó los siguientes objetivos: formación integral de la persona, escolaridad de once grados para toda la población, formación técnica y tecnología del más alto nivel, y desarrollo de la ciencia y la tecnología para el bienestar de la sociedad. Y sus líneas estratégicas fueron: acceso a la educación, efectividad de la educación básica y media, competitividad y buenas prácticas de gestión.

3. 2009-2014. Plan Social Educativo: Vamos a la escuela (Ministerio de Educación, 2009), propone rediseñar la escuela con la participación de la familia y la comunidad para mejorar los aprendizajes.  Y propone las siguientes líneas estratégicas: acceso y permanencia, currículo pertinente y aprendizaje significativo, dignificación y desarrollo profesional docente, fortalecimiento de la gestión institucional, formación permanente de jóvenes y adultos, educación superior e investigación, ciencia y tecnología.

4. 2010. Política de Educación Inclusiva (Ministerio de Educación, 2010b) tiene como objetivo transformar el sistema educativo por medio de la eliminación de las barreras para el aprendizaje y la participación de diferentes actores. 
Esta política plantea cuatro áreas de acción: normativa y políticas de gestión, prácticas de gestión pedagógica, cultura escolar y comunitaria, ambientes educativos y recursos estratégicos. También se contextualizó el Índice de inclusión (Ainscow y Booth, 2000) a la realidad educativa salvadoreña, y así surgió la Adecuación del índice de inclusión al contexto educativo salvadoreño (Ministerio de Educación, 2010). 

5. 2014-2019. Plan Nacional de Educación en Función de la Nación (Ministerio de Educación, 2015), el cual se está implementando por medio de diferentes ejes estratégicos: profesionalización docente, primera infancia, evaluación educativa, ambientes escolares, educación equitativa, inclusiva y de calidad; currículo nacional, condiciones para la creación de conocimiento e innovación, educación de adultos, reforma institucional y legislación vigente.








Políticas Educativas en El Salvador

 Introducción

La educación inclusiva implica una transformación radical de los paradigmas educativos, pues propone pasar de un enfoque basado en la homogeneidad a una visión de la educación plural y heterogénea (Blanco, 2006). Además, para incidir en la consolidación de las políticas educativas que promueven la inclusión es necesario tener en cuenta el incremento de las desigualdades sociales, la diversidad cultural y la creciente crisis de cohesión social (López, 2009). Ahora bien, difícilmente se puede separar la inclusión de la realidad sociocultural en que se dinamiza, así como también no se pueden dejar de lado a actores clave como el Estado, la sociedad civil o la familia.

Por tanto, al abordar la inclusión como un problema de políticas educativas es necesario valorar qué propuestas se han elaborado, cómo se están desarrollado, si están funcionando o no (Terigi, 2014). Y esta revisión es la que se realiza en el presente artículo, a fin de reflexionar sobre el proceso que se ha implementado en El Salvador, ya que una transformación gradual hacia una escuela inclusiva, requiere de una revisión y mejora continua, pues no se puede reducir a una ley o una acción puntual con un alcance temporal limitado (Payá Rico, 2010). Entonces, se hace necesario considerar también “los niveles de inclusión social y los alcances de las brechas de equidad en la adquisición de competencias y aprendizajes” (Opertti, 2009, p. 4). Esto debido a que la inclusión sin su dimensión ético-filosófica de reconocimiento de la persona, se queda como una propuesta sin fundamento, al no ir más allá de la escuela para transformar la sociedad.

A continuación se analiza el estado actual de las políticas educativas relacionadas con la inclusión en El Salvador, a partir de diferentes consideraciones como la normativa vigente, el significado de exclusión educativa, la multicausalidad de los problemas educativos, la intersectorialidad, la influencia del contexto o la transformación de las prácticas escolares. Luego, de dicho análisis se presenta una reflexión ético-filosófica sobre la importancia que tiene el reconocimiento de la persona en la política educativa como elemento que promueve la sinergia entre inclusión, equidad y justicia social.  (Morán, 2019).


1. Estado del arte sobre la política de educación inclusiva

Al valorar la educación inclusiva desde un enfoque sistémico se considera que la educación es un sistema que refleja la sociedad global, es decir, representa la concepción de persona que predomina en el contexto en el que se desarrolla el hecho educativo. Por tanto, dicha representación del ser humano también conlleva implícita o explícitamente una forma de entender la vida, las relaciones humanas, el saber o las diferencias individuales. Entonces, si no se visibiliza que históricamente el sistema educativo ha sido excluyente, difícilmente se logrará “organizar una sociedad que sea capaz de dar oportunidades de aprendizaje a todos” (Aguerrondo, 2008, p. 77).

2. Ampliación del significado de exclusión educativa

Una manera de comprender la exclusión educativa es a partir de valorar la inclusión como un constructo social, pues es necesario que la persona se sienta parte del colectivo, donde todos se sientan valorados y respetados por sí mismos (Powell y Tutt, 2002). Así, la exclusión educativa puede estar asociada a la escasa importancia que se le brinda al reconocimiento de la diferencia, y esto conlleva a que se pueda excluir “con o sin justificación desde las dinámicas políticas, la sociedad y el mercado, y aún desde los principales ámbitos de socialización (la familia y la escuela)” (Ministerio de Educación, 2010b, p. 16).

3. Multicausalidad de la desescolarización y el rezago escolar

La desescolarización y el rezago escolar no pueden comprenderse como fenómenos aislados, ya que pueden producirse por factores individuales, familiares, demográficos, sociales o escolares. Así, en el caso de la deserción escolar influye el acceso temprano al trabajo para contribuir al ingreso familiar, donde para los hombres implica trabajar fuera de la casa y para las mujeres participar en las tareas del hogar (Consejo Nacional de Educación, 2016). También se observa una discrepancia al explorar las causas de deserción de acuerdo con la zona geográfica de residencia de los estudiantes, pues quienes residen en el área urbana desertan en su mayoría para trabajar mientras que los estudiantes de la zona rural dejan la escuela por falta de interés, lo cual “podría vincularse a deficiencias en el aprendizaje o a una falta de correspondencia entre la realidad vivida y lo que se estudia” (Consejo Nacional de Educación, 2016, p. 64).



Luego, al acercarse a los resultados de aprendizaje que alcanzan los estudiantes también se pueden observar desigualdades, las cuales se pueden dar por diferentes factores (Blanco y Duk, 2011):

  • Contexto socioeconómico y cultural. El Salvador es considerado como un país de ingresos medios bajos (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, 2015), que se encuentra afectado por violencia social, migraciones, desestructuración familiar, trabajo infantil o delincuencia. Por otra parte, en los últimos años se han dado esfuerzos para revitalizar el nahuát como lengua materna (Ministerio de Educación, 2015c).
  • Tipo de escuela y entorno de aprendizaje. El clima escolar de las escuelas salvadoreñas muchas veces se ve afectado por la inseguridad y la violencia (Consejo Nacional de Educación, 2016). Y la gestión escolar promueve diversas acciones para lograr aprendizajes significativos con la participación de la comunidad educativa (Ministerio de Educación, 2008a).
  • Tiempo efectivo de aprendizaje. En El Salvador se han establecido 200 días lectivos, los estudiantes asisten semanalmente a la escuela entre 18 y 25 horas de acuerdo con el nivel educativo en que se encuentren (Ministerio de Educación, 2008b). Ahora bien, es difícil establecer cuán efectivo es el tiempo de aprendizaje.
  • Asistencia a educación de la primera infancia. En el país preocupa que “solo se atiende al 3% de la población que la necesita, que las escuelas parvularias puras están mayormente concentradas en el área urbana” (Ministerio de Educación, 2015a, p.13). Ahora bien, cabe destacar que desde la elaboración de la Política Nacional de Educación y Desarrollo Integral de la Primera Infancia (Ministerio de Educación, 2010c), se propuso un nuevo modelo de atención basado en un enfoque de derechos y desarrollo integral. También se actualizaron los programas de estudio para dicha población y los de la formación de los futuros docentes en educación inicial y parvularia (Ministerio de Educación, 2015c).
  • La calidad de los docentes. Generalmente estos carecen de un “marco conceptual y de los instrumentos metodológicos para hacer frente a la diversidad de expectativas y necesidades de los educandos” (Opertti, 2009). En 2012 se crea la Política Nacional de Desarrollo Profesional Docente (Ministerio de Educación, 2012), a fin de fortalecer la formación docente tanto inicial como en servicio. Y en 2015, había 31,085 maestras y 14,786 maestros laborando en el sector público; de los cuales un 81.97% tienen el nivel académico de profesorado, 7.20% licenciatura, 6.22% bachillerato académico y un 4.61% otros grados (Ministerio de Educación, 2015b).

4. Importancia de la intersectorialidad

La consolidación de la educación inclusiva será posible en la medida que también se desarrollen políticas económicas y sociales que den respuesta a los factores que generan exclusión y marginación. Por tanto, uno de los restos de la escuela es ser sensible a las demandas y expectativas del entorno (Krichesky, 2006), por ello es imprescindible vincular el nivel central con el local, tanto para que las políticas educativas se diseñen desde y para el contexto como para generar las condiciones que permitan la autonomía de la escuela en la búsqueda de apoyos a nivel local.

En 2010 con la Política Nacional de Educación y Desarrollo Integral de la Primera Infancia se abre un espacio para que la atención de la niñez sea abordada desde un enfoque intersectorial, pues se crean comités integrados por diferentes instancias (Ministerio de Educación, 2010c). Luego, en 2011 se crea la Mesa Técnica Intersectorial para la Educación y Desarrollo Integral para la implementación del modelo de educación y desarrollo integral de la primera infancia (Ministerio de Educación, 2015c). También participan organizaciones no gubernamentales, municipalidades y cooperantes, aunque a la fecha aún no se cuenta con investigaciones o evaluaciones que muestren cómo han funcionado las mesas intersectoriales, cuáles han sido sus aciertos u obstáculos en su proceso de implementación.

5. Valoración de los problemas educativos a partir del contexto

Al abordar los problemas educativos del país es importante partir del contexto en


el cual se desarrollan, ya que la educación es un tema de interés y relevancia social. Entonces, primero es necesario que los equipos docentes y las familias se pregunten si la propuesta educativa que orienta la práctica pedagógica en la escuela responde al contexto social en el que desarrollan (López, 2007). Ahora bien, desde aquí puede encontrarse un obstáculo, pues, aunque las familias y la comunidad contribuyan en actividades puntuales de la escuela o en la elaboración inicial de los proyectos educativos, generalmente son excluidos de la toma de decisiones sobre los aprendizajes, por lo que la participación política de dichos actores queda limitada (Hurtado y Muñoz, 2017).

Por tanto, si el proyecto educativo no se construye de manera colectiva y tomando en cuenta el contexto socio-histórico, puede caer en un mero cumplimiento burocrático de la norma. En cambio, si la realidad “es mirada desde los sujetos deviene en un conjunto de espacios de construcción: es el papel del momento histórico en la medida en que en éste ocurre la intervención de la práctica” (Zemelman, 2005, p. 86), y esta elaboración participativa compromete a cada uno de los actores inmersos en el proceso.

6. Compromiso del Estado con la consolidación de las políticas educativas

El avance de una política educativa depende en gran medida del grado de compromiso que el Estado manifieste a través de sus diferentes instancias, ya que solo “es posible conseguir progresos cuando los Estados tienen un compromiso con la justicia social que se concreta en el desarrollo de políticas que tienen como foco central la búsqueda de la equidad y la cohesión social” (Blanco y Duk, 2011, p. 49). Además, la educación inclusiva con frecuencia es percibida como un medio para superar la pobreza, pero para ello se necesitan algunas condiciones básicas que contribuyan a que las personas puedan aprovechar las oportunidades de aprendizaje que se le presenten (Opertti, 2009).

Sin embargo, no sólo corresponde al Estado contribuir a generar condiciones de educabilidad (López, 2005), sino también a la sociedad civil, la familia y la escuela, donde cada actor tiene un rol y responsabilidades frente al aprendizaje. Así, las condiciones de educabilidad deben comprenderse como “un concepto relacional, en tanto se define en la tensión entre los recursos que el niño porta y los que la escuela espera o exige de él” (López, 2007, p. 49).

REFERENCIAS

Cristina Aracely Muñoz Morán Maestra en Política y Evaluación Educativa (Universidad Centroamericana José Simeón Cañas), Licenciada en Psicología (Universidad de Deusto), y Profesora en Educación Especial para el nivel básico (Universidad Católica de Occidente), es Catedrática de la Universidad Evangélica de El Salvador en el Departamento de Educación Especial. Su labor de investigación está relacionada con el desarrollo de la educación inclusiva a través de las políticas educativas, las prácticas pedagógicas, la participación de actores sociales y la gestión escolar, teniendo como punto de referencia el reconocimiento de la persona en el contexto educativo. ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-1785-4884. Email: cristina.munoz@uees.edu.sv


jueves, 24 de septiembre de 2020

Acciones en favor de la diversidad en la educación salvadoreña


La Política de Educación Inclusiva es una iniciativa del Gobierno de EL Salvador, por medio de las autoridades del Ministerio de Educación, en respuesta a la demanda de avanzar hacia un sistema educativo que tenga mayor énfasis en la persona humana, y que contribuya a la promoción de una cultura más abierta a las diferencias y más sensible a las necesidades de aquellos segmentos de población que se encuentran en condiciones de segregación, migración y exclusión en el ámbito educativo.
está política toma con referencia los compromisos adquiridos por el Estado salvadoreño en los diferentes foros e instancias internacionales que promueven la atención educativa a la diversidad y ,ás propiamente, la educación inclusiva.



Ley de Equiparación de oportunidades para las personas con discapacidad.


La presente Ley tiene por objeto establecer el régimen de equiparación de oportunidades para las personas con discapacidades físicas, mentales, psicológicas y sensoriales, ya sean congénitas o adquiridas. El Consejo Nacional de Atención Integral para las Personas con Discapacidad, que en lo sucesivo de la presente ley podrá llamarse el Consejo, formulara la política nacional de atención integral a las personas con discapacidad.

Dicha ley protege a las personas con discapacidad en los siguientes ámbitos:
1.  Rehabilitación Integral
2. Accesibilidad
3. Educación
4. Integración Laboral



Programa de Apoyo Psicosocial  UNICEF - FUNDASIL

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en asocio con Fundación Silencio (FUNDASIL) presentaron el Programa de Salud Mental y Bienestar Emocional, que brinda atención psicológica y soporte emocional a niños, niñas, adolescentes y sus familias afectados por la pandemia del COVID-19; y personal de salud de primera línea.

El programa trata de mitigar los efectos nocivos en la salud mental en las familias salvadoreñas provocados por el aumento del estrés y la ansiedad derivados de la del confinamiento. 


Plan Nacional de Educación en Función de la Nación

Cuenta con siete ejes de trabajo como son:

1. Creación de un Sistema Nacional de Profesionalización Docente

2. Desarrollo educativo de la primera infancia

3. Creación de un Sistema Nacional de Evaluación Educativa

4. Construcción de ambientes escolares agradables

5. Equidad, inclusión, calidad y pertinencia de la educación

6. Dinamización del currículo educativo nacional a partir de la profesionalización docente

7. Generación y fortalecimiento de condiciones para la creación de conocimiento e innovación

8. Profundización y fortalecimiento de la educación de adultos

9. Reforma institucional y a la legislación vigente.

Ejes del Plan Nacional de educación (Clic para ver el documento)

Normas para la inclusión de personas con discapacidad.


contiene información fundamental para los siguientes documentos 


CONAIPD (clic para ver otros documentos de interés)


Guía de inclusión laboral para personas con discapacidad

FUNDEMAS promueve el respeto y el cumplimiento de los derechos humanos a nivel empresarial, a través de asesoramiento en la creación de estrategias y buenas prácticas de Responsabilidad Social, contribuyendo así al Desarrollo Sostenible de El Salvador. En este sentido, uno de los mayores retos identificados por FUNDEMAS para el cumplimiento de los derechos humanos de grupos vulnerables es la inclusión laboral de personas con discapacidad, ya que constituyen un sector de la población invisibilizado por el tejido social nacional. Por ello, en 2015 FUNDEMAS lanzó la Mesa de Inclusión Laboral para Personas con Discapacidad, la cual brinda una metodología para la creación de estrategias corporativas inclusivas que promuevan la incorporación exitosa de personas con discapacidad a su público interno. 

En estos dos años de ejecución se ha formado a más de 24 empresas y tres universidades en la creación de políticas de inclusión, diseño y accesibilidad universal, y se ha logrado la certificación del público interno con discapacidad, la creación de perfiles de trabajo el proceso de reclutamiento, y selección de personas con discapacidad. Adicionalmente, como actividad de clausura de la Mesa de Trabajo de Inclusión Laboral para Personas con Discapacidad, FUNDEMAS desarrolla una feria laboral mediante la cual las empresas pueden poner en práctica sus estrategias de reclutamiento inclusivo.

 La Guía está basada en la metodología de la Mesa de Trabajo de Inclusión Laboral para Personas con Discapacidad, brindando a las empresas y organizaciones una metodología práctica para promover los derechos humanos de las personas con discapacidad a través de buenas prácticas de Responsabilidad Social.

Guía de inclusión laboral (clic para ver el documento)









Orígenes de lucha por la Inclusión educativa

 Historia                                                               El sistema educativo salvadoreño ha sido históricamente excluyente y...